Durante el sitio impuesto a la ciudad de Sarajevo entre 1992 y 1994, se generaron importantes manifestaciones relacionadas a la postura de creadores, artistas e intelectuales frente a la complejidad de un conflicto armado de altas proporciones. Decidí escribir Desarmes, a partir de un programa de investigación realizado en Bosnia durante el 2018 para generar un registro sobre la memoria que dejó la guerra e indagar en las implicaciones de una película, una canción, y una obra de teatro que habrían de cambiar de manera significativa la relación del mundo frente a este conflicto.  

 

El texto plantea el itinerario de Yeth Pasovic, un joven actor universitario e hijo del director de teatro bosnio Haris Pasovic, que atraviesa por procesos colectivos relacionados al activismo, mostrando la condición vulnerable de acciones artísticas con implicaciones políticas llevadas al límite durante la guerra. En el caso del periodista estadounidense Bill Carter, responsable del concurso de belleza Mis Sarajevo, la propuesta era mediatizar a partir de un fenómeno de entretenimiento que expone al cuerpo femenino como referente de belleza frente a una estructura bélica determinada a partir del riesgo de muerte. En ese sentido, Carter, junto a una tropa de artistas que usaban los túneles y trincheras de la ciudad para generar acciones performativas, sugiere a Bono vocalista de la banda irlandesa U2, la idea de filmar un documental sobre el concurso de belleza durante el estado de sitio y este no solo acepta, sino que además compone la canción Miss Sarajevo, único sencillo del álbum hecho junto a Brian Eno, Passengers. La canción tiene la intención de despertar una critica a la comunidad internacional por su incapacidad para detener la guerra o ayudar a los cientos de victimas que habían sido cobradas hasta entonces. El vídeo de la canción combina clips del documental de Bill Carter con imágenes propias de la guerra y en una versión alternativa difundida por MTV el videoclip muestra imágenes de una adolescente bosnia llamada Alma Catal que juega junto con algunos otros chicos sobre los restos de un automóvil  dentro de un suburbio de la ciudad. Alma que también aparece en el documental de Carter, explica con entereza la situación de confinamiento a consecuencia del asedio a la ciudad por el ejército serbiobosnio y se vuelve un ícono mundial.

 

Por otro lado, el caso de la visita que hiciera Susan Sontag a Sarajevo para dirigir Esperando a Godot de Samuel Beckett dio un vuelco sustancial al texto, al tener la oportunidad de entrevistar a actores que participaron en el reparto del montaje original. Un montaje que transcurrió entre el asecho mediático y un país devastado, un montaje que se conformó de actores y actrices que de alguna manera asumían los riesgos de trasladarse al teatro para llevar a cabo el montaje en el contexto de una ciudad sitiada. Según Sontag: Montar una obra significa mucho para los profesionales del teatro local de Sarajevo porque les permite ser normales, hacer lo que hacían antes de la guerra; no ser menos cargadores de agua o receptores de “ayuda humanitaria”. En Sarajevo los afortunados son aquellos que pueden continuar desarrollando su trabajo profesional... Lejos de la frivolidad, montar una obra de teatro -ésta o cualquier otra- es una seria expresión de normalidad. El estreno de la obra, lanza interrogantes que se complejizan con el tiempo ¿Cuál es la función del teatro en relación a un conflicto armado de estas proporciones? ¿Qué hace en medio del conflicto? y ¿Qué hacemos nosotros arriesgando la vida haciendo teatro en medio de un conflicto?

 

En esta entrega, además del texto dramático resultante de la investigación, se incluye un registro fotográfico, una memoria en vídeo y dos textos preliminares que dieron origen al texto final: Sé que pronto nos mudaremos a un túnel y Manifiestos de las primeras batallas, ensayos situacionales relacionados a los antecedentes de los protagonistas y esbozos que alimentaron el proceso de búsqueda en el diseño de esta pieza-modelo para desarmar.  

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Ángel Hernández