top of page
4.jpg

Génesis de 
los delirios 

Puedo poner un pie sobre el pecho de mi hermano caído durante el extermino de Juḩr ad Dīk y avanzar por el resto de los cuerpos que se extienden como un camino empedrado entre los senderos. Camino cuerpos como caminar mares y entre los mares hay superficie y profundidad. Mar cercano y profundo. Hay peces blancos y arrecifes de corales negros. Hay cantos de aves que devoran peces y peces que devoran a otros peces. Hay existencia, no supremacía. Hay anuencias del pasado que hablan de fragatas por el mediterráneo naufragando en el puerto de Al Zahara. Al Zahara fue atacada ayer por las FDI. Aquí se muestran algunas fotografías. Esta es demasiado blanca porque el sol era intenso. Esta es demasiado negra porque un avión lanza misiles, tapó el sol.

Abajo pueden apreciarse cadenas humanas de habitantes y voluntarios que se organizan para rescatar a los que han quedado atrapados entre los escombros y desplazar a los heridos. No hace falta decir que los hospitales se encuentran rebasados. No hace falta decir que muchos de ellos también son blancos del ejército sionista. Blancos, como la primera foto.

 

Me he detenido a pensar en los altos contrastes entre una corriente fría de aire y el sopor del calor estival. Extravío el sentido en una convulsión post mortem de la paradoja. Del deseo saciado de aniquilación y de un ensombrecimiento repentino que curiosamente hace que esto sea más sencillo de comprender: Están aquí para acabar con todo. Lo que se mantiene y lo que no. Con los culpables y los inocentes. Con la inestabilidad y el sosiego. Están aquí para aumentar, como quien alimenta en una hoguera interminablemente de crímenes de odio, la génesis de los delirios. Alteración fluctuante, irreversible, transitoria y aguda. Variante cercana del extravío.

 

La luz se extravía en los ojos de Al-Zahra, mientras otras furias prometen ausencias entre la muchedumbre que a pesar de lo que el mundo supone, es lo suficientemente sensible al dolor. Luego, alguien que firma por sus iniciales “AN” escribe con acrílico verde, sobre el muro de un centro comercial en ruinas, la siguiente frase:

 

Campo de cuerpos, oscuro y poblado de nadie

furor que insiste en recoger sin sepulcro las vidas

destinadas al anuncio súbito de la llamarada 

Aves de toda especie llevan entre sus picos el nido

sabiendo que mañana

arderá mejor el árbol que lo sostenía 

 

Ojos que no han visto aún la noche

se reflejan en los cristales caídos de mi ventana

y puedo escuchar al viento de la desolación arreciar 

 

Miro hacia el horizonte del mar, aprendiendo, paciente de la espera. El cielo comienza a oscurecerse como en la foto. Es un eclipse de sol anticipado. Es un eclipse que sucede de forma permanente, viendo a Gaza morir.

bottom of page